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culturales
Vestigios de la fachada de la Antigua Iglesia
(Fotografías de Najim Ouled)
Las Antigua Iglesia
La Antigua Iglesia quedó en desuso a partir del año 1747, cuando tras tres años de trabajo, el templo en el que se reúne la congregación actualmente quedó finalmente construido. La construcción de una nueva iglesia fue algo que Huertapelayo necesitaba debido al aumento de sus habitantes, ya que no cabían en la parroquia original. Actualmente, el solar de la Antigua Iglesia está dividido entre varias viviendas de los pelayos, ya que se aprovecharon sus muros para construir casas. Hoy en día se conservan como vestigios de ésta el pórtico y la cruz de la consagración, gracias a que los propietarios de la casa donde hoy se asientan estos restos, José y Elvira, decidieron conservarlos. Según se cuenta, encontraron varios huesos a la hora de construir esta casa, debido a que antiguamente la gente se enterraba dentro (los más adinerados) y en torno a la iglesia (los menos adinerados).
La Plaza de la Iglesia
La Plaza de la Iglesia es uno de los puntos neurálgicos de la vida social de Huertapelayo. Aquí se celebran las fiestas de la patrona Santa María Magdalena. Antiguamente también hacía de plaza de toros y de núcleo de reunión de otras fiestas, en la que en el centro se prendía una gran hoguera. Como podéis observar, su fachada está pintada de verde. Debido al poco espacio urbano que existe en la villa, se tuvo que construir un frontón típico de los pueblos castellanos en la fachada de la ésta.
Plaza de la Iglesia
(Fotografía de Najim Ouled)
El Campanario
El Campanario de la Iglesia de Huertapelayo consta de dos campanas, las cuales en un inicio fueron campanas gemelas y se fabricaron al mismo tiempo, pero una fue fundida en la Guerra de la Independencia Española por las tropas francesas y fue sustituida con otra en el año 1923 por el alcalde Ceferino Salmerón. La original pertenece a la Antigua Iglesia, y en su parte exterior podemos observar el año 1316, fecha en la que fue fundida y probablemente en la que se fundó Huertapelayo.
Campanario de la Iglesia
(Fotografía de Najim Ouled)
Parroquia de Santa María Magdalena
(Vídeo de Viajes y Misterios de Mj en YouTube)
Parroquia de Santa María Magdalena
Comenzó a construirse en el año 1744 con la necesidad de tener una Iglesia más grande para acoger a todos los habitantes de Huertapelayo, ya que su población había aumentado considerablemente. Su inauguración fue en el 1747. A pesar de su construcción relativamente cercana en el tiempo a nosotros, ha pasado por numerosos cambios. En un principio parecía que su techo estaba decorado con frescos de flores, por lo que se puede ver sobre el retablo. Fue construida sobre el antiguo camposanto del pueblo y la gente seguía enterrándose también dentro de ésta.
Cuando se construyeron las casas en torno a la Iglesia aparecieron numerosos huesos, y además se conserva la expresión de "guardar sepultura", que consiste en sentarte en el lugar donde se sentaban tus antepasados en misa. Pero, ¿por qué se sentaban nuestros antepasados en esos lugares? A la gente antiguamente se le daba sepultura dentro de la Iglesia y la familia se sentaba sobre las tumbas donde estaban enterrados sus ancestros, de ahí viene el término y por ello se sigue conservando esta costumbre. Cuanto más cerca se encuentra una tumba del altar, mayor capacidad económica tenía la familia. Fue con la ocupación francesa por normas establecidas por José I Bonaparte (Pepe Botella) que se prohibió el enterramiento dentro de los templos como norma sanitaria para evitar propagación de enfermedades originadas por la putrefacción de los cadáveres. Si uno se acerca al altar y mira hacia abajo, aún puede ver el antiguo suelo de piedra original. En sus laterales podemos observar una cruz de la Santa Misión de los Padres Redentoristas, un tríptico de la Huida a Egipto, un confesionario, una imagen del Niño Jesús, otra del Cristo de Medinaceli, otra de la Virgen de Fátima, otra de la Crucifixión y otra del Santo Sepulcro para procesionar. En el coro se conservan un par de cuadros en estado de abandono de la Inmaculada Concepción y de la Virgen con el Niño.
El Retablo
El Retablo de la Parroquia de Santa María Magdalena es una joya del estilo churrigueresco. Destacan sus tonos dorados y verdosos y consta de tres cuerpos. En el centro del cuerpo inferior destaca la colocación del Sagrario, mientras que a los laterales comienzan a desarrollarse las bases de los elementos que veremos en el cuerpo central. Éste está dividido en dos secciones recogidas por dos grandes columnas. En su parte central encontramos una imagen de la Inmaculada Concepción, la cual fue otorgada a Huertapelayo como sustitución de la imagen de Santa María Magdalena que se quemó en la Guerra Civil Española, pero reclamaron que esta imagen se trataba de la Inmaculada Concepción en lugar de la Santa patrona y, al recibid la talla correcta, colocaron a la Inmaculada en la parte central del retablo; en la parte izquierda vemos a San Antonio de Padua, que fue la única figura que sobrevivió a la quema de la Guerra Civil junto con el retablo, que no lo pudieron destruir debido a su gran tamaño; en la parte derecha del cuerpo intermedio podemos ver una imagen de Cristo Salvador. El cuerpo superior está presidido por una imagen de la Crucifixión sobre un fondo de nubes y rosas.
El Retablo
(Fotografía de Juan José Estrada)
Santa María Magdalena
Esta imagen de Santa María Magdalena data de la primera mitad del siglo XX, la cual sustituye a su predecesora, que no tiene datación ni se conserva apenas información sobre ella. Se sabe (gracias a una foto antigua de una procesión, previa a la Guerra Civil Española, en la que fue decapitada y quemada por los republicanos) que la cubría un manto y que entre sus manos sostenía un vaso de perfume, uno de los atributos de esta santa.
Cuando los pelayos la quisieron rendir homenaje con otra imagen, les enviaron una de la Inmaculada Concepción, lo cual reclamaron y, esta vez sí, en 1947 recibieron del obispo de Cuenca esta obra que podemos ver en la fotografía, la cual atrapa a muchos por el magnetismo de su expresión y la sencillez de su vestido. La calavera a sus pies es el atributo de los Santos Penitentes.
Imagen de Santa María Magdalena
(Fotografía de Juan José Estrada)
El Cementerio y El Picayo
Como ya se ha mencionado antes, con la invasión de los franceses, José I Bonaparte prohibió la sepultura dentro de los templos, es por esto que los pelayos construyeron un pequeño cementerio a los pies de El Picayo.
El Picayo es un pequeño cerro rocoso salpicado por numerosas cuevas. En su cara norte encontramos la Covacha de las Monjas, lugar donde se refugiaron las monjas del Monasterio de la Buenafuente del Sistal durante las incursiones francesas en la Guerra de la Independencia Española.
El Cementrio a los pies de El Picayo
(Imagen de elbrilloenlamirada.blogspot.com)
(Fotografía de Magia Serrana)
Los Casaricios
Los Casaricios son unas ruinas en mitad de los bosques de Huertapelayo de origen incierto debido a su falta de estudio. Expertos apuntan a que podrían tratarse de restos de un poblado celtíbero fortificado, aunque también podría tratarse de la mansio romana de Carae. También existe la tradición oral de que fue un poblado árabe abandonado tras la conquista por parte de Castilla.
Los Casaricios
(Fotografía de Juan José Estrada)
El Castillo
Sobre el cerro de la Piedra de los Covachos existen los cimientos de un edificio defensivo que consiste en grandes bloques de piedra a los que los pelayos lo han bautizado como El Castillo.
Es muy probable que se tratase de una atalaya árabe, pues está en un alto en la orilla sur del río Tajo para vigilar el norte, de donde venían los invasores castellanos. Seguramente, tras la conquista de Castilla y debido a que no había que vigilar más el norte, los repobladores usaron parte de esta torre para construir casas, dando así el origen de Huertapelayo tal y como lo conocemos.
El Castillo
(Fotografía de Juan José Estrada)
La Piedra Escrita
Anteriormente para poder verla, había que desplazarse a su ubicación original en La Vega. Estudios llevados por esta web en colaboración con el Departamento de Historia de la Universidad de Alcalá de Henares han desvelado que se trata de una estela funeraria romana que indica lo siguiente bajo un blasón de una cabeza de un astado: Licinius / Matern(us) (...) / ucu crat(...) / XXXII(...); que viene a significar "Liscinio Materno (?) a los 32 años." Faltan en torno a 15 o 20 centímetro de la parte derecha.
La Piedra Escrita
(Fotografía de Juan José Estrada)
El Puente de Tagüenza
El Puente de Tagüenza (o Puente Tagüenza, simplemente) tiene origen incierto. La Iglesia creó el mito de que por esta estrechez del río Tajo saltó el apóstol Santiago con su caballo dejándose éste la herradura, y por ello consideraron que debían construir un puente en este lugar. Es posible que el puente original fuese de madera y de tiempos romanos o incluso previos y fuese destruido en varias ocasiones a lo largo de la historia (la última vez fue durante la Guerra Civil Española por bando de los golpistas).
Se encuentra en un punto estratégico conectando el sur de la Península con el norte, la cual divide le río Tajo, en uno de sus pasos más estrechos. Se sabe que era el paso y atajo utilizado para ir del Ducado de Pastrana al de Medinaceli. El general Baldomero Espartero cruzó con sus tropas de caballería por este puente durante la Primera Guerra Carlista.
Tagüenza viene del latín Tagus, que es el nombre que recibía el río Tajo (y en inglés aún se le llama así). Vendría a significar "el Puente de las Tierras del río Tajo."
El Puente de Tagüenza
(Fotografía de Juan José Estrada)
Las Trincheras
Durante gran parte del desarrollo de la Guerra Civil Española, Huertapelayo estuvo en la frontera entre los territorios controlados por los sublevados y los republicanos. Mientras que en la orilla norte del río Tajo estaba el bando de los golpistas, en la orilla sur, donde se encuentra en primera línea Huertapelayo, estaba el bando republicano.
En el Cerro de La Cabezuela aún ser conservan algunas trincheras que los soldados utilizaron en aquella cruenta guerra, desde donde podían divisar en gran medida la orilla norte, estando a su vez alejados lo suficiente del río Tajo, que era el que hacía de frontera.
Vistas desde Las Trincheras
(Fotografía de Juan José Estrada)
El Portillo
El Portillo antiguamente era un pequeño escote abierto en la roca en la parte este de lo que hoy se conoce como El Portillo, por donde podían pasar personas, rebaños y mulas.
Con la llegada del transporte por carretera, los pelayos tuvieron que abrir en la década de 1960 un agujero en la roca con dinamita para que pudiese pasar por allí la calzada, quedando la imagen pintoresca que podemos observar hoy en día.
El Portillo y a su derecha El Chorrero
(Fotografía de Juan José Estrada)
El Puente Viejo
El Puente Viejo es un antiguo puente de madera que conecta la orilla este de Huertapelayo con la oeste.
Antiguamente era la única forma de cruzar de una orilla a otra sin necesidad de tener que bajar y subir al barranco.
En ocasiones a estado a punto de ser arrastrado por las grandes crecidas del arroyo que se daban tras la lluvias torrenciales que se daban antes de la primera mitad del siglo XX. Hoy ya existe otro puente por el que pueden pasar los vehículos.
El Puente Viejo
(Fotografía de Juan José Estrada)
La Cruz de Palo
La Cruz de Palo es una señalización que marcaba el cruce de caminos entre el Camino hacia Armallones y el camino que bajaba desde la orilla oriental de La Vega.
Además, también era utilizado como cruz para la consagración de los cultivos para que diesen buenas cosechas.
La Cruz de Palo
(Fotografía de Juan José Estrada)
El Ayuntamiento
El Ayuntamiento es actualmente la sede de la Asociación de Hijos y Simpatizantes de Huertapelayo.
Antiguamente funcionaba como tal, además de como juzgado y prisión.
Hoy en día es característica su escalera para acceder a él.
El Ayuntamiento
(Fotografía de Juan José Estrada)
La Fuente del Olmo
Antiguamente Huertapelayo estaba regentado por los Cinco Olmos que plantó el alcalde Pedro Martínez en honor a su único hijo varón, Elías.
Durante el siglo XX estos olmos se vieron afectados por la enfermedad de la grafiosis y hubo que talarlos.
En honor a éstos, decidió plantarse un nuevo olmo en la Plaza del Horno, otro de los puntos neurálgicos de Huertapelayo. A su alrededor, Francisco Javier Estrada diseñó una simple pero pintoresca fuente de tres caños que fue construida por Máximo Portillo y Simón Martínez.
La Fuente del Olmo
(Fotografía de Juan José Estrada)