Consejos
para preservar el entorno cultural
1. Evitar el deterioro
Si nos encontramos en un edificio, evitar rozaduras con los materiales para no desgastarlos y con los objetos para no romperlos. Si nos encontramos ante un hallazgo arqueológico o paleontológico, no se ha de tocar, pues tiene que ser extraído y analizado por manos expertas, ya que una pequeña fisura podría suponer una gran pérdida de valiosa información para el estudio de éste.
2. No expoliar
Si vemos un objeto que nos gusta en un lugar turístico o encontramos unas ruinas o un objeto enterrado, no debe extraerse de su entorno. Si se da el segundo caso, es obligatorio avisar a las autoridades para que pongan en marcha el protocolo que requiere. Como recordatorio, la expoliación en España (apropiación indebida de algún elemento considerado patrimonio) está prohibida bajo pena de prisión.
3. Informar del deterioro
Si nos encontramos ante un elemento que salta a la vista que está a punto de sufrir un daño irreparable, se debe avisar a los responsables de la administración de éste para que puedan tener constancia del asunto y aplicar las medidas necesarias.
4. No realizar fotografías con flash
En algunos sitios está prohibido fotografiar porque a la gente se le olvida quitar el flash o porque considera que la distribución de las imágenes del lugar conlleva consecuencias perjudiciales para el patrimonio. Lo cierto es que la exposición excesiva a la luz, como el uso del flash, daña los materiales, sobretodo las pinturas. Además, es recomendable también no utilizarlo en la naturaleza, pues un animal se podría asustar y tomar una actitud agresiva-defensiva con el usuario, o por el simple hecho de que puede ocasionar daños en su fisionomía como en el sentido de la vista, sobretodo si es de noche.
5. Informar de actitudes negativas
Si el visitante está atestiguando una conducta negativa contra el patrimonio cultural, debe informar a las autoridades competentes y/o a los responsables del lugar para que tomen las medidas necesarias.
6. Educar a los más pequeños
Es lógico que los niños no conozcan el daño que pueden ocasionar a un elemento patrimonial. Es por tanto muy aconsejable que se informe de los perjuicios que éstos pueden llegar a causar en el lugar si no siguen los consejos de los mayores.